Las observaciones del kaboom que construyó nuestro universo, conocido como el Big Bang, coinciden mejor con la teoría gracias al nuevo trabajo lanzado por uno de los gemelos de 33 pies (10 metros) W.M. Keck Observatory telescopios en Hawai.
Durante dos décadas, los científicos quedaron perplejos ante una discrepancia de isótopos de litio observada en las estrellas más antiguas de nuestro universo, que se formó cerca de la ocurrencia del Big Bang hace unos 13.800 millones de años. Li-6 fue aproximadamente 200 veces más de lo previsto, y hubo 3-5 veces menos Li-7, si se sigue la teoría astronómica del Big Bang.
Sin embargo, el nuevo trabajo mostró que estas observaciones pasadas arrojaron números extraños debido a datos de menor calidad que, en sus simplificaciones, crearon más detecciones de isótopos de litio de las que están realmente presentes. Las observaciones de Keck no encontraron discrepancias.
"Comprender el nacimiento de nuestro universo es fundamental para la comprensión de la formación posterior de todos sus componentes, incluidos nosotros mismos", declaró la investigadora principal Karin Lind, que estaba en el Instituto Max Planck de Astrofísica en Munich cuando se realizó el trabajo.
"El modelo Big Bang establece las condiciones iniciales para la formación de la estructura y explica nuestra presencia en un universo en expansión dominado por la materia oscura y la energía", agregó Lind, quien ahora trabaja en la Universidad de Cambridge.
Sin duda, es difícil medir litio-6 y litio-7 porque sus "firmas" espectroscópicas son bastante difíciles de ver. Se necesita un gran telescopio para poder hacerlo. Además, modelar los datos puede conducir a detecciones accidentales de litio porque algunos de los procesos dentro de estas viejas estrellas parecen similares a una firma de litio.
Keck usó un espectrómetro de alta resolución para obtener las imágenes y observó cada estrella durante varias horas para asegurarse de que los astrónomos obtuvieran todos los fotones necesarios para realizar el análisis. Modelar los datos tomó varias semanas más de trabajo en una supercomputadora.
La investigación apareció en la edición de junio de 2013 deAstronomía y astrofísica. Puedes ver el artículo completo aquí.
Fuente: Observatorio Keck